Autoestima ha sido un concepto muy utilizado a lo largo de los años, en los procesos de Atención Terapéutica y en diferentes contextos sociales, considerándose un factor de vital importancia en la Salud Mental y en la calidad de vida de las personas. En la sociedad actual se da gran relevancia en las relaciones que establecemos, especialmente en las redes sociales, o en nuestro ámbito social y familiar, pero se ha dejado en segundo plano el cuestionamiento acerca de la relación que establecemos con nosotros mismos, la manera en que la reconocemos y fortalecemos en nuestro día a día.
En este momento debemos preguntarnos, ¿Qué es Autoestima? , ¿Qué elementos la componen?; De acuerdo con Betancur (1998) la estimación de nosotros mismos, es la capacidad de saberse capaz de realizar las cosas, sentirse útil y considerarse digno, en donde estas tres motivaciones resultan fundamentales en todo comportamiento humano.
La estima de nosotros mismos, se consolida desde los primeros años de vida, a partir de la crianza que recibimos en la infancia por parte de nuestros padres y/o cuidadores, experiencias escolares con amigos y docentes, en donde comenzamos a formar un concepto propio a partir del intercambio de información que tenemos con el ambiente, en donde vamos consolidando una imagen y una valoración acerca de la misma; por tal razón es importante reflexionar cómo esas primeras experiencias, se espera generen un escenario nutritivo y sano, para el desarrollo del amor propio. Tendemos a reproducir en nuestras relaciones personales, las que tuvimos con nuestros padres, tal vez si de niños nos criticaban mucho tendemos a hacer lo mismo con nosotros, si nos amaron, elogiaron y estimularon, tendemos a repetir este comportamiento (Hay, 2009).
Es importante considerar que las percepciones y el concepto que tenemos sobre nosotros mismos es un factor fundamental sobre el valor que nos damos, al igual que el conocimiento e imagen propia, de nuestras cualidades y la aceptación de aquellas oportunidades de mejora que forman parte de nuestra personalidad y forma de ser, de tal manera que los sentimientos asociados frente a percepciones, nos van a llevar a un sentimiento de valoración específico. Es importante en nuestro día a día, en cada una de nuestras áreas de funcionamiento, fortalecer una relación sólida con nosotros mismos, que nos permita establecer relaciones sanas con las demás personas, conformando una adecuada imagen y conceptos propios. Pero la pregunta central en este momento se relacionaría en ¿Cómo fortalecer nuestra Autoestima?
De acuerdo con Betancur (2017) es importante para incrementar nuestra autoestima, abandonar el deseo de causar impacto en otros, comprendiendo que no somos capaces de realizarlo todo; dejar de lado relaciones o ambientes hostiles; reconocer los logros propios; cuidarse en la alimentación y salud, realizar actividad física y dedicar un tiempo de descanso adecuado; reconocer sus talentos y áreas de mejora; tratarse con cariño; realizar meditación, entre otros hábitos saludables importantes para incrementar el amor propio.
Por tanto para fortalecer nuestra Autoestima, debemos hacer un reconocimiento claro de nosotros mismos, que tengamos un inventario de nuestras potencialidades y áreas de mejora, aceptándonos y valorándonos, intentando cada día realizar una mejor versión de nosotros mismos, con compasión y cuidado. De igual manera, es necesario favorecer el cuidado propio, tanto a nivel físico, como en nuestra mente y emociones, de tal forma que tengamos hábitos de cuidado con nuestro cuerpo, en nuestra alimentación, salud y apariencia que ayuden diariamente a cultivar ese amor propio. En el plano mental y emocional, debemos favorecer nuestro bienestar, evitando ambientes y relaciones tóxicas, construyendo proyectos y metas personales, que nos lleven a nuestra realización y potenciación de nuestras cualidades.
Adicional, como en toda relación que establecemos, la comunicación es un elemento fundamental para fortalecerla, en este caso, el estilo de comunicación que utilizamos con nosotros mismos, es vital para favorecer un incremento de nuestra autoestima, que se fundamenten en diálogos autoafirnativos, con críticas constructivas, destacando nuestros recursos y logros. A menudo, nuestros pensamientos están llenos de afirmaciones positivas o negativas, que van contribuyendo a nuestro amor propio (Hay, 2009).
A partir de una relación sana con nosotros mismos, vamos a poder consolidar mejores relaciones con nuestro entorno y un equilibrio que favorezca la salud mental y balance en nuestras vidas. Según Florencia (2011), lo que una persona piense y sienta acerca de sí mismo, determina en gran parte lo que sucede en su vida. De allí la relevancia de hacer esfuerzos diarios por crear una relación sana con nosotros mismos, aceptarnos, conocernos y valorarnos, de tal manera que ese amor propio nos permita sentirnos plenos y establecer relaciones sanas con los demás. Amate cada día un poco más que el anterior.
REFERENCIAS
Betacur, M. (1998) El día que te quieras. Bogotá: Plaza y Janés editores.
Florencia, V. (2011) ConfianzaTotal para vivir mejor. Buenos Aires: editorial planeta.
Hay, L. (2009) Ámate a ti mismo: cambiaras tu vida. Bogotá: Urano.