Para adelantar una contextualización sobre la definición de Psicología Positiva, se hace necesario responder a la siguiente pregunta ¿Dónde surge y quiénes han liderado este movimiento dentro de la Psicología?
La Psicología Positiva aparece en Estados Unidos a finales de los años 90. Se ha establecido su inicio formal en la conferencia inaugural que pronunció Martín E.P. Seligman al comenzar su etapa como presidente de la APA en 1998.
En su discurso, Seligman manifiesta, entre otros aspectos, el excesivo interés que la Psicología ha puesto a la enfermedad y los problemas, olvidando los aspectos positivos del ser humano. (Flower,R. Seligman,M. Koocher,G.1999). En 1999 durante el primer congreso Akumal celebrado en México se firmó un manifiesto de un grupo de investigadores como Ken Sheldon, Bárbara Fredrickson, Kevin Rathunde, Mihalyi Csikszentmihalyi y Jon Haid, quienes establecieron la definición, metas, enfoques y aplicaciones de la Psicología Positiva y se comprometieron a ampliar su foco de atención a los recursos de salud y bienestar (Poseck 2008).
Siguiendo su desarrollo se encuentran dos elementos que han sido fundamentales en la evolución de la misma, estos son: la creación del Centro de Psicología Positiva de la Universidad de Pensilvania por Seligman, desde donde comienza a desarrollar su labor de promoción y difusión de esta nueva corriente. Junto a Seligman, y conformando la Red de Psicología Positiva, se encuentra el Centro de Experiencias Subjetivas Positivas, el Centro de Rasgos Positivos Individuales y el Centro de Instituciones Positivas.
El segundo elemento fue la aparición de un monográfico en la revista American Psychologist en enero del 2000 dedicado a la Psicología Positiva, permitiendo que los profesionales accedieran a un conjunto de bases teóricas y metodológicas que conforman el nuevo movimiento (Poseck 2008).
La Psicología Positiva recuerda que el estudio de la salud, el bienestar y la felicidad es tan importante, serio y científico como lo es el de la enfermedad, la disfunción y el malestar. Su objetivo principal es equilibrar la balanza, no restando importancia al estudio de la parte negativa del ser humano, sino incrementando el estudio de las áreas positivas. De esta forma se aumenta el foco de interés de la Psicología, pasando a abarcar todo el espectro de conductas, emociones y rasgos del ser humano, no solo aquellos característicamente negativos (Poseck, 2008).
Tal y como define Seligman (2000) la Psicología Positiva se basa en tres grandes pilares: Emociones positivas, pretende retomar el estudio de la Psicología a partir de la creencia confirmada de que el valor adaptativo de las emociones positivas resulta fundamental para la especie humana. Rasgos positivos, clasificados como fortalezas y virtudes personales que pueden ayudar a las personas a alcanzar mayores niveles de bienestar. Y las Instituciones Positivas, que apoyen, fomenten y validen las emociones positivas y las fortalezas personales.